__________________________________________________________________________________________________________________________

BIENVENIDOS A LA WEB DE AMANTES Y USUARIOS DE ARMAS DE FUEGO.

Este blog tiene la función única de informar y poner al alcance de un simple clic la mayor cantidad posible de artículos sobre armas de fuego. Así, se ofrece la historia de las más importantes armas que han dejado una imborrable huella a través de los tiempos, o que marcaron una época. No faltarán artículos sobre las mas modernas armas de fuego y todo lo que las rodea, así como datos técnicos. Se tocará también algo de legislación española y otros temas relacionados. No se publicarán precios ya que éstos varían entre los diferentes países y aún entre las diferentes armerías dentro de un mismo país. Del mismo modo varían de una fecha a otra según sube la carestía de la vida o por las posibles ofertas promocionales.

Gracias a aquellos que visiten este Blog elaborado por un modesto aficionado sin ningún ánimo de lucro.


El blog no responde consultas, pero sí lo hace el mejor foro sobre armas de fuego, www.armasdefuego.net Visítalo.


Un saludo.


NITRO
__________________________________________________________________________________________________

Club ASP

miércoles, 1 de abril de 2009


LA RECARGA 4ª parte y final




Quien haya llegado hasta aquí en la lectura y posea un poco mas de experiencia en recarga del cartucho en cuestión sabrá que esta es una carga "suave", ya que la presión máxima de trabajo de este calibre es de 21000 psi, o sea que estamos produciendo cartuchos que generan unos 4500 psi menos.

Pero solo con instrumentos de medición adecuados o mediante complejo calculo podrá saberse a ciencia cierta cual será el incremento de presión si aumentamos la carga de propelente. Por lo tanto, para el recargador que recién empieza, es mejor quedarse en la seguridad de que la carga de tabla será la más segura a adoptar, al menos hasta que conozca como leer los indicios de sobrepresión en las vainas disparadas.


Métodos para dispensar propelente

A la hora de colocar la cantidad exacta de propelente dentro de todas las vainas que vamos a cargar, existen dos métodos para hacerlo. Ambos trabajan por volumen de propelente. Estos son:


Medidas fijas

En la primera serie de notas he explicado en forma general este procedimiento, y si bien aún se producen los dispositivos para utilizar este método, por ser sumamente engorroso de utilizar, esta perdiendo vigencia rápidamente. Por lo tanto no me extenderé mas sobre él.


Conversión de volumen a peso

Esencialmente, este método consiste en pesar el volumen de una determinada cantidad de propelente. Para ello se utiliza una balanza de extremada precisión, que pueden llegar a medir seis milésimas de gramo. En todos aquellos países en que se utiliza el sistema métrico de unidades, se utiliza el gramo como medida de peso. En cambio, los países que utilizan el sistema inglés han adoptado como medida de peso el Grain, lo que facilita el manejo mental y práctico de los valores.

Esta unidad es actualmente la que mayor aceptación tiene, porque evita el tener que manejar decimales a la hora de cargar. La equivalencia entre las unidades métricas y sajonas es que un gramo equivale a 15.43 grains.

Existen dos maneras de dispensar propelente pesando un determinado volumen: El manual y el que se realiza través de tolva.

El primero de ellos no es mas que colocar con alguna cuchara o elemento acorde la cantidad de propelente buscado para luego de pesarlo, introducirlo en la vaina. Aunque parezca tedioso, este es un sistema muy preciso cuando se recarga arma larga, en donde la cantidad de cartuchos a cargar es pequeña y lo que se busca no es velocidad de recarga sino la exactitud en el peso de propelente.

El verter propelente con tolva tiene la ventaja sobre el sistema manual en ser mucho mas veloz, ya que al regular la tolva adecuadamente, por cada accionamiento, la misma tirara el mismo peso de carga. Esto es ventajoso cuando se esta trabajando sobre lotes de 50 o mas vainas, especialmente de arma corta. No entrare en detalles sobre el diseño de la tolva ya que lo he explicado en la primera serie de notas sobre este tema. Solo quisiera mencionar algunos procedimientos para obtener un mejor rendimiento de la tolva:

• Colocar propelente en el recipiente hasta cubrir la ¾ parte de su altura.

• Nunca dejar que el nivel de propelente en el recipiente baje de ¼ de su altura. O sea, trabajar entre la ¾ y la ¼ parte de altura.

• Los primeros tres o cuatro accionamientos de la tolva descartarlos. Con esto nos aseguramos que el cilindro de la misma se cargue completamente.

• Trabajar con la tolva y la balanza en conjunto mientras se esta regulando. Por cada accionamiento de la tolva, el propelente obtenido debe ser pesado.

• Accionar a la palanca de la tolva de forma similar. No debe ser ni violento ni lento, debe ser un accionamiento normal y siempre igual.

• Cuando se haya conseguido que la tolva tire la cantidad deseada de propelente, se debe apretar la contratuerca del tornillo regulador para evitar desajustes. Esto debe hacerse a mano, no con herramientas.

• Los primeros cinco o diez accionamientos hay que continuar pesando una por una a las cargas, para corroborar que efectivamente la tolva esta tirando la cantidad deseada. De no ser así habrá que verificar todo de nuevo.

• Si tras 5 o 10 tiradas los pesos de propelente son los mismos, se puede verter directamente sobre las vainas y controlar cada diez tiradas, pesando alguna al azar.

Es muy frecuente con ciertos tipos de propelente que la tolva se trabe en su recorrido y que dispense cantidades incorrectas. Con estas pólvoras, lograr pesos idénticos en cada carga muchas veces se torna imposible.
Frente a esto lo mas aconsejable es utilizar el método manual de carga o bien regular la tolva para que tire menor cantidad de la deseada. Habrá que pesar una por una las cargas y completar el peso deseado tirando propelente con una cuchara o elemento acorde, o bien utilizar un accesorio denominado Powder Tricker, el cual puede dispensar propelente prácticamente de a un grano a la vez.

Uso de la balanza

Actualmente existen dos tipos de balanzas para pesar propelentes: Las mecánicas, que trabajan por comparación y las electrónicas, que convierten el peso en estímulos eléctricos y por medio de la electrónica se los procesa y nos da un resultado.

Por su costo, por lo menos aquí en el país las balanzas del primer tipo son las que prevalecen, por lo tanto explicare escuetamente el uso de estas.

Las balanzas mecánicas constan de un bastidor que en un extremo poseen un soporte de diamante donde se posan los soportes de la escala y en el otro extremo constan de un punto fijo de medición. Dentro del cuerpo del bastidor están ubicados imanes que disminuyen la oscilación de la escala cuando se le aplica el peso a medir.

La escala puede estar dividida en dos o tres subescalas, que pueden medir de a 5 o10 grains (la mayor) hasta la décima de grain (la menor).

Como todo elemento de precisión, el cuidado y mantenimiento de la balanza es fundamental para que brinde mediciones correctas. Algunas medidas para prevenir fallos son:

• Mantener en lugar seco y fresco.

• Si no esta en uso, desarmar la balanza y guardarla en su envase.

• Limpiar las bases de diamante y los soportes de la escala cada vez que se va a usar.

• Puede suceder que en ciertas condiciones haya que retirar los imanes para evitar que los campos magnéticos que estos generan no brinden lecturas incorrectas.

• Las balanzas no están hechas para pesar mas de lo que deben. Así que si su balanza tiene un peso máximo de 520 grains y quiere pesar una punta de calibre .50 o 600 Nitro, no le agregue ningún peso conocido adicional en la punta de la escala. Consígase otra balanza que sí pueda.

• La balanza debe trabajar sobre un lugar firme y sin vibraciones. Por lo tanto no es aconsejable posar a la misma sobre el mismo banco en donde esta asentada la prensa, ya que esta ultima produce vibraciones que, en el mejor de los casos descalibran al instrumento de medición, y en el peor la dejan inservible.

Lo primero que hay que hacer antes de usar un instrumento como estos es ponerla a cero. Para ello, se colocan todas las escalas a cero, y luego se posa el plato sobre su soporte. La escala oscilara y se detendrá en un punto que puede estar encima, a la misma altura, o debajo del punto de medición.

Una de las patas de la balanza permite elevar o bajar el punto de medición y habrá que accionarlo hasta hacer coincidir a este con la escala. Una vez hecho esto, hay que levantar el plato de su lugar, volverlo a posar, y verificar que coincidan de nuevo los puntos de medición. De no ser así, habrá que repetir la operación, hasta que, luego de varios intentos estos puntos coincidan.

En un instrumento tan sensible, el viento, aunque mas no sea una leve brisa, provocara lecturas erróneas, por lo tanto, y aunque parezca innecesario, nunca esta de mas verificar este punto.

Con la balanza regulada, hay que mover los contrapesos de las escalas hasta la medida deseada y comenzar a trabajar en forma manual o con la tolva para obtener la medida de propelente deseado.


La carga doble

Esta no es mas que la introducción de dos cargas de propelente en una sola vaina. Dependiendo de las características del propelente a usar, puede suceder que estos ocupen una muy pequeña porción del volumen interno de la vaina. Y por distracción, por un sistema inadecuado de trabajo, o por varias causas mas, no es nada fuera de lo común que esto suceda.

Las consecuencias de una carga doble son, en la gran mayoría de los casos, desastrosas, y no es necesario explicarlas para comprenderlas. Aunque parezca de mas explicarlo, la principal consigna de las cargas dobles es que estas NUNCA deben ocurrir. Y hay muchas maneras de evitarlo.

La mejor forma de evitarlo es siguiendo las recomendaciones de seguridad en general. No distraerse, no recargar cansado o ebrio, poseer buena luz para ver que se hace, y ante la menor duda, vaciar el propelente que se encuentra dentro de la vaina y pesarlo.

He visto que muchos recargadores utilizan las bandejas porta vainas, colocando las bocas de las vainas hacia arriba y presentando cada boca en la tolva mientras la acciona. Este método me parece muy poco fiable porque cuando se esta cargando las vainas que se encuentran en el medio del porta vainas se puede perder la noción de sobre cual cargamos y cual no.

Además esto puede provocar otro problema, como es la falta de carga de propelente en una vaina. Cuando esto pasa, la detonación del fulminante hará que la punta ingrese en el caño, y no salga. Y el resultado, si no nos damos cuenta en el disparo siguiente de esto, será en el mejor de los casos un hermoso caño "englobado" y la perdida de nuestra arma. Por lo tanto considero que el método mas seguro es el siguiente:

• Al efectuar la colocación del fulminante, colocar a la vaina en el porta vainas con el fulminante hacia arriba.

• Tomar de una vaina por vez y colocarle el propelente.

• No hay otra manera de colocar la vaina que ya contenga pólvora en el porta vainas que no sea con su boca hacia arriba.

• Así tendremos a las vainas con pólvora con la boca hacia arriba y las que aún no lo tienen con el fulminante hacia arriba, por lo tanto no nos podemos equivocar.

• Una vez que se terminó de cargar a todas las vainas, hay que colocar el porta vainas debajo de una luz y verificar que la altura de pólvora dentro de cada una de las vainas sea la misma.

• Ante la menor duda, hay que vaciar el contenido de esa vaina y pesar el propelente.


Con la vaina con su carga de propelente en el interior y el resto de las operaciones que se han realizado en ella, todo esta listo para introducir a la punta, la que nos mostrara luego del disparo si lo que estuvimos haciendo hasta el momento es correcto.


Las puntas, un poco de historia

A lo largo de la historia las puntas de un sistema de armas han tenido variadas formas, pesos, y materiales con que han sido confeccionadas. Todas estas variables siempre han sido objeto de estudio y perfeccionamiento y esto no se detendrá nunca para lograr que el sistema sea cada vez más efectivo en la realización del trabajo buscado.



A pesar de todo el conocimiento adquirido y los recursos volcados a estos desarrollos, lejos se esta de poder predecir con exactitud que es lo que hará una punta cuando llega a su blanco.

Lo que sigue es un poco de la historia en el desarrollo de las puntas para sistemas de armas:

El plomo es un metal que en la época en que se empezaron a desarrollar las primeras puntas reunía una serie de características ideales para poder trabajarse con la tecnología disponible de aquellos años. No son necesarias altas temperaturas para cambiar de estado sólido a liquido, es económico, se le puede dar las formas deseadas sin grandes esfuerzos y cuenta con un alto peso especifico.

Las primeras puntas eran esferas de plomo, lo que representaba una considerable mejora en las características balísticas del ingenio si se lo compara con lo que se usara hasta ese momento, las piedras, y también contenían mas energía que las flechas. Sin embargo, las prestaciones que podían obtenerse con esferas en cuanto a alcance era bastante limitada.

Haciendo un salto de varios siglos en la historia, la forma esférica de las puntas dio paso a las ojivas, que cortaban mucho mejor el aire y por ende se podía dispara mas lejos con precisión.

A diferencia de los fulminantes y vainas, el binomio propelente - punta existe desde la misma creación de las armas de fuego. En busca de optimizar el sistema de armas muchos diseñadores se abocaron a la tarea de colocar la carga de propelente y la punta unidos, y así reducir los tiempos de carga de un arma.

Para ello, se busco diseñar en las puntas ojivales una cavidad interna que contenga el propelente, o sea que, dejando volar la imaginación, en cierta época de la historia, las puntas también fueron vainas. Con el tiempo, las " puntas-vainas" fueron cediendo terreno antes las vainas de papel y de metal. La forma de las puntas se modifico para que las vainas pudieran sostenerlas. En un primer desarrollo, las puntas poseían el mismo diámetro exterior que las vainas que lo contenían.

Esas fueron las épocas en que podía decirse que un calibre .36 era de verdad un .36; un .22 era un .22, etc. Aunque esta etapa de la historia en el desarrollo de la cartuchería parezca superada, la misma esta vigente hoy en día, ya que hay un cartucho que es el rey indiscutido a nivel mundial que aún utiliza este sistema de puntas. Me refiero al .22 Long Rifle, el cartucho de mayor uso del mundo, cuyo consumo supera a la suma de todos los demás cartuchos.

En la segunda mitad de la década de 1860, la invención de los cartuchos de vaina metálica y fuego central, modifico la forma de las puntas y el sistema de engarce entre estas y la vaina que lo contenía. Esta es la época en donde las vainas con un diámetro de, por ejemplo, .38" montaban puntas de menor diámetro, ya que si estas ultimas tuvieran el mismo diámetro no cabrían dentro de su alojamiento.

El hecho de que las denominaciones de los nuevos cartuchos no se modificara a pesar de la disminución del diámetro de las puntas se debe a una cuestión comercial, ya que para el usuario habitual de armas de aquella época, el cambiar de su fiable .38 a un desconocido y no probado .357 podía inducirlo a no consumir el nuevo producto. Sin embargo el nuevo cartucho que contenía a su punta introducida en gran parte de su longitud dentro de la vaina perduro y es el mismo que nosotros utilizamos actualmente.

Lo que no había tenido ningún tipo de modificación en toda esta evolución era el propelente utilizado. La pólvora negra seguía siendo el combustible dentro de las nuevas vainas metálicas con sistema de fuego central. Por lo tanto las velocidades que poseían las puntas eran bajas. Y debido a esto, el plomo seguía reinando como el metal con las mejores características para obtener puntas.

Todo esto cambio cuando a fines de la década de 1880, hicieron pie fuerte los nuevos propelentes de quemado progresivo. Los expertos de la época se dieron cuenta que las puntas mas livianas y de menor diámetro podían ser lanzadas con mayor energía que las pesadas puntas de plomo empujadas por los gases de la pólvora negra. Pero una de las cualidades del plomo que había sido muy apreciada en los comienzos, ahora se convertía en un problema. Me refiero a la baja temperatura de fundición del mismo.

Con la mayor temperatura que producían los nuevos propelentes unido a la mayor velocidad, se descubrió que el plomo fundía dentro de los caños, dejando gran cantidad de residuos dentro del mismo y perdiendo propiedades balísticas. Además, la acumulación de plomo dentro del caño tornaba inseguro al sistema con el correr de los disparos.

La solución que se tomo fue reducir el diámetro de las puntas de plomo, y dotarlas de una envoltura de un metal o aleación, mucho mas resistente a los nuevos esfuerzos del disparo. Así nacieron lo que hoy en día se conoce como puntas encamisadas.

Así se obtuvo una punta que resistiera los avances de la tecnología. Sin embargo la balística terminal cambio radicalmente. Las pesadas y gruesas puntas de plomo animadas de poca velocidad y energía que antes "volteaban" a los blancos habían sido reemplazas por livianas y veloces puntas que "agujereaban" sus objetivos.



Los ingleses, en aquella época potencia colonialista guerrera, buscaron la manera de voltear objetivos, partiendo de puntas que agujereaban, logrando los primeros avances en la india. Allí se desarrollaron puntas que son los primeros pasos de lo que actualmente se consideran puntas expansivas. Estas puntas recibieron el nombre del arsenal en donde fueron desarrolladas, el cual se llamaba " Dum Dum".

Para finalizar con esta reseña, las puntas modernas poseen diseños en los cuales se combina al siempre presente plomo con aleaciones de cobre, zinc, acero, y poseen diversas formas y funciones específicas, desde las totalmente encamisadas, para uso militar, hasta las de expansión controlada, prefragmentadas, incendiarias, perforantes, fumígenas, etc.

Las puntas fundidas de plomo no se han retirado de la escena. Hoy en día se lo ha combinado con distintos metales para formar aleaciones que poseen mayor resistencia a los esfuerzos y las temperaturas, se han moldeado a las puntas para que contengan lubricantes que reducen los desgastes que las estrías de un caño generan, se le han adosado copas metálicas a la base de las mismas, o se ha dotado de baños de otros metales que cumplen la misma función que los lubricantes.

Como en los inicios, las puntas de plomo siguen siendo muy aceptadas por su bajo costo y en nuestro país son una opción mas que interesante para la producción de cartuchos no solo para tiro de recreación, sino también para otros usos como la caza y la defensa personal.


Características de una buena punta

En las líneas superiores he mencionado solo algunos tipos de puntas, cada una de ellas diseñada para una función terminal especifica. Mas allá de que la forma de entregar energía en un blanco difiera entre estos tipos de puntas, desde el punto de vista de la balística interior, o sea mientras la punta se encuentra dentro del arma, debe reunir ciertas condiciones que son comunes a todas ellas. Algunas son muy obvias, pero no por ello son menos importantes si lo que se busca es que el arma le entregue la mayor cantidad de energía y dirección posibles.

Diámetro correcto

Esto que parece obvio, en muchos casos en que no se obtiene de las recargas los resultados esperados, son el motivo de nuestros problemas. En casi la totalidad de los casos se da por descontado que el diámetro de la punta es el correcto para el diámetro del caño que se va a usar y quien gusta de hilar fino en este tema se sorprenderá de saber la cantidad de veces que esto no es así.

Como primera medida hay que mencionar que la punta debe tener el diámetro necesario para que al pasar por el caño, este le imprima un giro sobre su eje, cosa que se logra forzando el paso de la punta por el mismo. Entonces, si la punta entra forzada al caño, alguno de los dos diámetros, el de la punta o del caño, debe ser mayor o menor al otro.

Si tomamos como ejemplo a un caño y punta de .308" de diámetro, al que popularmente se lo conoce como 7.62 mm, vemos que en realidad la punta tiene un diámetro de 7.82 mm. En un caño estriado existen dos superficies de contacto con la punta.



Los macizos y los valles. Cada cual tiene un diámetro distinto. El diámetro medido entre valles o fondo de estría es de 7.82 mm, mientras que el diámetro entre macizos es de 7.62mm. Por lo tanto, cuando una punta entre al caño, será contenida por los valles del mismo, mientras que los macizos, de menor diámetro entre sí, la forzaran a girar.

Si la punta tuviera un diámetro incorrecto, sea este mayor o menor, las consecuencias que pueden darse parten desde desintegración de la punta, aumento de presión de trabajo, rotura del arma, erosión prematura del anima del caño, mala estabilización de la punta y perdida de precisión, solo por mencionar algunas.


Resistencia adecuada a los esfuerzos sometidos

El forzar a una punta por dentro de un caño implica que para que la misma pueda pasar deba deformarse. Por lo tanto, el metal que la compone debe permitir y soportar este esfuerzo. Esto también parece obvio, pero es importante ya que existen muchísimos tipos de puntas con diferentes durezas (aunque ninguna es tan dura como el caño que las proyecta) y este es un factor a tener en cuenta cuando empezamos a pensar en la vida útil del caño del arma.

A mayor dureza el rozamiento entre metales provocara mayor desgaste entre sí, y esto puede afectar a las cualidades balísticas de la punta como a la integridad del caño del arma. He visto puntas que se confeccionan partiendo desde una barra de bronce. Estas puntas son mucho mas duras que las confeccionadas con latón y plomo, y por lo tanto provocaran un desgaste prematuro del caño.

La presión y temperatura que recibe la base y los laterales de una punta son altísimos. El material de la punta debe mantener su estado sólido sin que este se modifique en la medida de lo posible.


Adecuada y uniforme superficie de contacto entre punta y cañón

Mas allá de que el diámetro externo sea el mismo, dentro de un mismo calibre, se pueden encontrar puntas con variadas formas. Pero todas ellas deben respetar un parámetro que relaciona al calibre, a la velocidad estimada que se le dará y al peso de estas para determinar cual debe ser la superficie mínima que una punta debe tener en contacto con el caño.

Una punta con menor superficie probablemente no tendrá buena precisión, mientras que una superficie de contacto excesiva puede provocar lo mismo por estar sometida a esfuerzos que la deformen mas allá de lo indicado.


El asentamiento correcto de una punta

Antes de comenzar con la descripción de los procesos necesarios para asentar una punta me parece correcto explicar cuales son las características necesarias que deben tener las mismas cuando están ubicadas dentro de una vaina.
• Coincidencia de ejes:

La línea formada entre el percutor y el eje longitudinal de la punta debe coincidir con el axis del caño. Puede suceder que la punta haya asentado en la vaina torcida y esto provocaría que la misma, al desprenderse ingrese incorrectamente en el caño, por lo tanto, perderá estabilidad de vuelo y precisión.

• Profundidad de asentamiento adecuada:

Dependiendo de la forma y el peso, existen márgenes entre los cuales se debe asentar a la punta. Desde las puntas wadcutter que se introducen en su totalidad dentro de la vaina, hasta las espitzer, estos márgenes deben ser respetados para evitar principalmente dos problemas:

Una punta introducida en demasía es probable que termine en el interior de la vaina suelta. Esto provocara que el propelente se pierda por la boca y con seguridad se obtendrá un cartucho de velocidades erráticas y mala precisión.



En el otro extremo, una punta asentada muy por fuera de la vaina se convertirá en un cartucho desarmado, a no ser que se dispare en armas monotiro. Por efecto de la inercia de los disparos, la punta tendera a salirse, lo que puede provocar trabas y derrames de propelente.

La experiencia me ha enseñado que con puntas de base plana, lo mínimo que hay que introducirlas es 1/3 de su largo, mientras que las puntas cola de bote requieren una mayor profundidad, tratando de que no sobrepase la mitad de su largo.
• Presión uniforme de las paredes de la vaina sobre la punta:
Esta cualidad no se logra en el proceso de colocación de la punta, sino antes, al trabajar a la boca de la vaina. Al terminar la boca con el trimmer. Se puede lograr mayor precisión mediante instrumentos de medición del espesor de las paredes de la boca y con su correspondiente trabajado posterior. También influye la apertura de boca que hagamos, para evitar que la vaina se " arrugue".

• El menor crimp posible:

El termino crimp no tiene una definición exacta en castellano, y consiste en el doblez que se realiza en los bordes de la boca de la vaina para impedir cualquier movimiento de la punta. Mi maestro siempre me ha dicho que el crimp es "un mal necesario", y se debe evitar en toda situación que se pueda. Con excepción de los cartuchos que utilizan la boca de la vaina para asentar en recamara puede ser utilizado en el resto.

En aquellos cartuchos de arma larga producidos con fines militares es común percibir el crimp con que se los dota para evitar que el movimiento de la punta trabe armas. También se evita que elementos externos ingresen en la cavidad reservada al propelente.

Pero ahí se terminaron las ventajas; El crimp produce un debilitamiento prematuro del metal que compone la boca de la vaina, y es por lo general el responsable principal de las rajaduras que se producen en esa zona. Si bien puede provocar la ganancia de unos pocos pies/segundo mas de velocidad en cartuchos que queman pólvora lenta, cuando se desprende la punta de la vaina en el momento del disparo nunca lo hará de la misma manera que los cartuchos que no lo poseen. Esto se traduce en perdida de prestaciones.


Freebore de un cartucho

La traducción literal de este termino es la de "caño libre". Traducido de una manera mas comprensible al castellano, el Free bore de un caño es la porción de caño libre de estrías, que comienza en el fin de la recamara y finaliza cuando comienza el estriado del caño. Esta es una distancia fija.



Sin embargo, desde el punto de vista del asentamiento de la punta de un cartucho en particular, una definición mas acertada sería denominar como free bore de un cartucho al espacio de caño libre de estrías, desde el inicio del rayado hasta el lugar donde la ojiva de la punta esta en contacto con el caño.

Esta distancia es variable, ya que depende de cada punta en particular. Hay que hacer la salvedad de que no deberemos preocuparnos del freebore cuando el objetivo de la recarga es ser disparada por cualquier arma. En este caso, simplemente habrá que respetar el largo máximo del cartucho y con eso es suficiente.

Pero cuando lo que se busca es optimizar la recarga para un arma en particular, la cosa se complica, aunque no mucho. Lo ideal es que cuando el cartucho esta asentado en recamara, la punta ingrese sobre la porción lisa del caño y quede alojada entre uno y dos milímetros por detrás del inicio del rayado.

Todas estas definiciones son muy interesantes, pero ¿Para que sirve producir un cartucho con el free bore adecuado?

Líneas arriba he descrito que cuando la punta entra en contacto con las estrías el rozamiento aumenta ya que las diferencias de diámetros entre ellos lo provocan. Este aumento del rozamiento provoca que la punta se frene en su avance. Si el estriado comenzara exactamente al final de la recamara, al momento del disparo, la punta se mantendría por mucho mas tiempo quieta mientras la presión se eleva. Esto elevaría el pico de presión a niveles mucho mas altos y exigirían mas resistencia de parte del arma.

Pero esto no es la principal razón: La primordial es que de no existir el free bore, no se podría introducir un cartucho en recamara, sin realizar un gran esfuerzo para "clavar" a la punta en la estría y hacerla rotar. Y muy probablemente se produzcan deformaciones en el cartucho por haber estado sometido a estos esfuerzos parásitos.

Pero si la distancia entre la punta y el comienzo de la estría es excesiva, cuando se produzca el disparo, la punta viajara desde su posición de reposo hasta la toma de estrías de manera libre, desordenada, y por lo tanto es muy probable que tome a estas, exagerando un poco, "de costado". Por lo tanto la estabilización que el caño le dará a la punta no será la mejor y esto se reflejara en el vuelo de esta y en la precisión sobre el blanco.

Por lo tanto, un cartucho con el free bore adecuado sirve para que la punta tome la estría del caño de la mejor manera posible desde el punto de vista de la precisión, evite la generación de excesivas presiones y no comprometa la correcta alimentación en recamara.

Mediante un método muy simple podemos conocer cual es el free bore adecuado para cada punta que estemos usando. Para ello se utiliza la baqueta de limpieza del caño.

Con el arma colocada en un banco con el cierre bloqueando la recamara vacía, se introduce la baqueta hasta que esta se tope contra el frente del cierre. En este punto se marca la baqueta justo a la salida del caño. El próximo paso es colocar una de las puntas que usaremos para cargar dentro de la recamara hasta que la misma quede contra la estría. Se vuelve a introducir la baqueta, hasta que esta haga contacto con la punta y se vuelve a marcar la baqueta.

La distancia entre las dos marcas que se encuentran en la baqueta, refleja la distancia entre el cierre del arma y el comienzo de la estría, para la punta en particular que medimos. Esta distancia longitudinal es la que ocupara el cartucho. Si a esta distancia le restamos 2 milímetros para cartuchos con presiones por sobre los 50000 psi, o 1 milímetro para cartuchos con presiones menores, sabremos cual es el largo correcto del cartucho, desde el punto de vista del free bore.

A veces respetar esta distancia es imposible, porque los cartuchos terminados así no entrarían en el almacén cargador o la punta estaría asentada muy por fuera de lo indicado. En esos casos no hay muchas respuestas mas que privilegiar una buena alimentación o mantener la integridad del cartucho.

Cabe acotar que cada punta nos dará un valor diferente de free bore, por lo tanto cuando cambiamos de punta a cargar habrá que repetir la operación anterior.


La colocación de la punta

Teniendo en cuenta cuales son los puntos a considerar para insertar correctamente dentro de una vaina a la punta, volvemos al banco de recarga, a la prensa y al juego de dies. El seater, o die de asentamiento de punta es el ultimo que se usara para terminar con la recarga completa de un cartucho.



Este ultimo die, puede estar diseñado para cumplir con las dos operaciones que restan (introducción de punta y cierre del cartucho) en forma simultanea, o bien, las dos operaciones anteriores pueden realizarse de manera separada cuando se utilizan dos dies para ello, ya que muchos juegos de dies están compuestos de un cuarto die que realiza el cierre del cartucho en forma separada.

En lo personal, poseo juegos de dies de tres y cuatro elementos, pero por decisión propia y sea cual sea el juego de dies que utilice, siempre separo a la introducción de la punta del cierre del cartucho. De esta manera tengo mayor control sobre la terminación de la recarga y sobre la correcta posición de la boca de la vaina cuando el cartucho esta terminado.

Para lograr una correcta alimentación de la recarga terminada, esto se logra por prueba y error, y es aquí donde se empieza a trabajar con el caño de la pistola, el tambor del revolver o el fusil de manera directa.

Llegados a este punto, debemos tener bien presente el largo total que tendrá el cartucho. Colocamos el die de asentamiento en la prensa y dentro de este roscamos el vástago que empujara a la punta, el cual deberá tener la forma mas apropiada de acuerdo a la punta que vamos a introducir.

Los juegos de dies incluyen vástagos cuyo extremo en contacto con la punta tiene diferentes formas, ya sea para puntas round nose, semi wadcutter, spitzer, etc. Deliberadamente hay que roscar este vástago mucho mas profundo de lo habitual. De esa manera el cuerpo principal del die quedara alto y por ende las paredes internas del mismo no deformaran a la vaina, evitando el cerrado de la misma.

Se coloca una vaina en el shell holder y se comienza a probar la introducción de la punta hasta que el die este correctamente regulado. La punta se coloca manualmente sobre la boca de la vaina y se la acompaña en su recorrido ascendente hasta que el cuerpo del die nos impida seguir haciéndolo.

A través de la palanca de la prensa podremos percibir cuando el vástago haga contacto con la punta, y llevaremos la palanca hasta su posición inferior máxima. Cuando subamos a la misma tendremos a una punta que se encuentra dentro de una vaina que tiene su boca abierta. Con un calibre habrá que medir el largo del cartucho con esta punta introducida y regular el vástago del die hasta lograr la medida buscada.

Siempre es bueno "quedarse cortos" en los primeros pasos. De esa manera, con solo introducir mas el vástago dentro del die, lograremos que la punta se introduzca mas dentro de la vaina. Pero si nos pasamos, no tendremos mas remedio que sacar a la punta de la vaina y recomenzar el proceso.

Con el die regulado, solo resta colocar las vainas y las puntas en la prensa y trabajarlas a todas hasta que tengamos un lote de cartuchos con su punta correctamente introducida y casi terminados.

Llegados a este punto, el cartucho obtenido seguramente no alimenta correctamente, ya que su boca aun posee un diámetro que no le permite asentarse en recamara. Aquí empieza la operación de cerrado final.

Pero aquí ya no utilizaremos el calibre como elemento de medida, sino que se usara el caño de la pistola, el tambor del revolver o el fusil con su sistema de percusión quitado o en seguro total (no hay nada mas desagradable que un disparo fortuito de un fusil en un lugar cerrado) en donde se disparara la recarga.

Existen varios tipos de cierre. Muchos de estos tipos son adecuados para un cartucho mientras que para otros serian incorrectos.

Como regla general, se puede decir que los cartuchos diseñados para pistola utilizan el denominado Tapper Crimp, que consiste en mantener las paredes de la boca de la vaina rectas. Esto es así porque es aquí en donde el cartucho encuentra el tope dentro de la recamara para asentarse.

Si las paredes de la boca de estos cartuchos no estuvieran rectas el cartucho tendera a introducirse mas allá de lo adecuado dentro de recamara y por lo tanto se pueden producir fallas de percusión, rotura de vainas, mala precisión y algunas cosas mas. Hay cartuchos de pistola que poseen su asentamiento en el reborde de la vaina, como el .25ACP, .32ACP y .38 Super, sin embargo las paredes de la boca en estos cartuchos también deben permanecen rectos, por otros motivos.

En el caso de los cartuchos de fusil con hombro, el tapper crimp también es adecuado. Pero en este caso no tiene influencia el asentamiento de cartucho en recamara, sino que lo que se busca es que no existan problemas de alimentación al llegar el cuello del cartucho a la porción que lo contiene en la recamara.

El simplemente denominado Crimp, que fuera explicado brevemente líneas arriba, consiste en el doblez que se le practica a la boca de la vaina para sujetar mas firmemente a la punta colocada. Este cierre se utiliza en cartuchos de revolver y ciertos cartuchos de fusil. Lo que se persigue con este tipo de cierre es que la punta no se mueva por efecto de la inercia que producen los disparos anteriores mientras el cartucho se encuentra en el arma.

También beneficia, pero de manera muy leve, al aprovechamiento de la combustión de cartuchos que utilizan propelentes de quemado lento de arma corta, como pueden ser los denominados Magnum o similares. Este tipo de cierre puede evitarse en la mayoría de los casos que se desee, con la única desventaja de obtener un cartucho de no muy bonito aspecto a simple vista.


La operación de cerrado del cartucho se efectúa de la siguiente forma:

Quitar el vástago del die que estamos usando y comenzar a regular solo el cuerpo del mismo. Rige la misma recomendación anterior sobre la conveniencia de quedarse cortos en la regulación.



Se coloca un cartucho con la punta introducida y se acciona la palanca de la prensa. Cuando retiramos el cartucho de la prensa simplemente lo introducimos en el caño, tambor etc, del arma en que será disparado y verificamos que asiente correctamente. De no obtenerse lo que se desea, habrá que seguir regulando el cuerpo del die hasta lograrlo. Una vez obtenida la regulación deseada, solo resta pasar al resto de lotes de vainas por este proceso y así obtendremos los cartuchos que deseamos.


El cartucho ya esta listo: ¿vamos al polígono?

La respuesta es: todavía no.

Aunque usted recargue 50 cartuchos por año, cosa muy poco probable, estoy seguro que a los 15 días de haber terminado sus cartuchos no recordara si le coloco 5 o 6 grain de pólvora, si la longitud del cartucho terminado era de 32.5 o 32.7 mm y muchas variables mas.

Todo esto es fácil de remediar con solo llevar un registro de lo que se recarga. Si puede leer este articulo, es muy probable que usted tenga una PC a mano, por lo tanto puede usar cualquier programa de los mas comunes para confeccionar una especie de "base de datos" que le ayude a recordar lo que hace en materia de recarga. Si no tiene PC, los viejos y aún vigentes cuaderno y lapicera pueden cumplir la misma función.
A modo de sugerencia, los datos que se pueden colocar en este registro son:

• Día de la recarga

• Punta: peso, forma y material de la misma

• Propelente: tipo y cantidad colocada

• Fulminante: tipo y marca

• Vaina: marca y lote

• Largo del cartucho terminado

• Día de disparado el lote: Es importante esto porque no es lo mismo disparar con calor, frío, viento, etc.

• Velocidad medida: Si posee los medios, la medición de la velocidad de punta nos puede dar bastantes datos adicionales.

• Observaciones: Aquí puede anotar los resultados de sus pruebas. Si la recarga es precisa o no, Si genera mucha presión o no, o lo que usted desee recordar.

Mediante estos registros, usted sabe con solo ver sus anotaciones si la recarga que hizo es buena o no para lo que usted la quiere, le permite no volver a repetir una receta que no le gusto, o bien le permite recordar aquellas que si le gustaron. Y con el correr del tiempo, usted se va haciendo su propia tabla de recarga.

Recuerde que cualquier variación que usted produzca en una recarga, pueden dar resultados completamente diferentes, por lo tanto si recarga con los mismos cuatro elementos de siempre, pero entre un lote y otro de cartuchos, tal vez varía en décimas el largo final del cartucho terminado, puede encontrar diferencias de prestaciones que sean interesantes y muy difíciles de recordar si no se tienen guardadas.

Es importante establecer un sistema para identificar las cargas que poseen los lotes recargados. Suponga que usted hoy recarga 50 cartuchos y los guardo junto a los demás que ya tenia cargados. Dentro de tres meses, cuando los vaya a usar es probable que no recuerde que " le puso adentro a esos tiros", por lo tanto no sabrá que tipo de recarga tiene entre manos.

Con un simple papelito que contenga los datos de la recarga, escritos al momento de haber terminado de recargarla, usted sabrá lo que hay ahí dentro en cualquier momento, sin necesidad de tener que recordarlo.


Llegó el momento de disfrutar

Ya sea que usted sea un apasionado por experimentar con la recarga, o que solo le interese tener munición barata para darle de comer a sus armas, la recarga hecha por uno mismo siempre tiene un gusto extra para el recargador. Usted llego al punto en donde no necesita de nadie mas que usted mismo para despuntar el vicio. Y eso es parte de esto que se llama recargar. Puede obtener o no lo que desea de lo que recargó, pero también puede cambiarlo cuando quiera y eso no se lo quita nadie.

Además entrará en un submundo dentro del tiro que es el saber por qué pasan las cosas que pasan cuando se dispara ya que, como habrá notado en estas entregas, la recarga trae aparejado todo un vocabulario nuevo dentro del ambiente del tiro. Usted notara enseguida cuando dos recargadores se junten en el club porque se empezaran a manejar términos un tanto ajenos para el tirador que no recarga, como grains, psi, cup, small, large, p/s, OAL, etc.

Podrá entrar en esas conversaciones, pero tenga cuidado porque con el tiempo, estas tertulias se convierten en adictivas y, como la droga, terminan siendo un viaje solo de ida, del que nunca mas podrá volver.


Final

Como en todos los ordenes de la vida, cada recargador tiene su librillo. Estas notas son parte de "mi propio librillo". Traté de poner en palabras la mayor cantidad de cosas que este librillo contiene, pero hacerlo en su totalidad es imposible.


Tengan todos unas excelentes recargas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario